El Pastificio Giovanni Rana
El ADN del Pastificio Rana
Huevos frescos de gallinas criadas en suelo, carne procedente solo de piezas enteras y nunca triturada, quesos en piezas enteras, verduras frescas y nunca ingredientes semielaborados… Estas son solo algunos de los ingredientes, todos seleccionados y de la mejor calidad, que cada día entran en las fábricas Rana para ser transformados en pasta y salsas frescas.
“No queremos ninguna renuncia en calidad” – afirma Gian Luca Rana – “porque creo firmemente que solo si pones tu corazón en el producto, puedes poner tu nombre en los envases”.
Gian Luca Rana, consejero delegado del Pastificio Rana, no solo ha hecho totalmente suyos los valores que su padre le trasmitió, sino que los ha reforzado día tras día con sus decisiones en el negocio, y con su capacidad para poner la calidad y la creatividad en primer término.
“Nuestra pasta no solo debe tener el mejor relleno posible” – dice Gian Luca – “ sino que debe contener la esencia de nuestro espíritu vital y nuestras ganas de abrazar el futuro con coraje y dedicación”.
Excelencia en la selección de los ingredientes
El punto de partida es la selección de los proveedores de materias primas, elegidos con cuidado y sometidos a controles constantes para poder garantizar siempre los mejor para el consumidor final. Además, cada ingrediente es probado, preparado y cocinado en las fábricas del Pastificio Rana, sin recurrir nunca a ingredientes ya preparados o semi – preparados.
Cada año se crean gran cantidad de nuevas recetas y los primeros en probarlas son siempre los propios empleados!
Además, los ingredientes y los productos terminados, son sometidos a continuos controles y análisis, cerca de 150.000 controles cada año, para garantizar su frescura, su seguridad y su calidad.
«En nuestros productos nunca pondremos nada que no daríamos a nuestros nietos» – ha dicho siempre Giovanni Rana.
La familia Rana
La verdadera fuerza del Pastificio Rana ha sido siempre considerarse no solo una empresa, sino una verdadera familia de más de 4.000 personas, todas unidas por una pasión común: el amor por la mejor mesa, la de la mayor calidad, a través de pasta, salsas y platos siempre frescos. Una familia a la que desde hace décadas guía Gian Luca Rana, que ha transformado una pequeña empresa en una multinacional, sin olvidad nunca sus orígenes.
«El nuestro es un camino sin descanso hacia la excelencia» – concluye Gian Luca – «Para nosotros es un estilo de vida y de trabajo, hecho posible desde la increible pasión que une a todas las personas que trabajan en el Pastificio».